Afonía de América

El 15 de marzo de 2025, Donald Trump, presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, firmó una orden ejecutiva que ordena el cierre de la Agencia para los Medios Globales (USAGM) con el fin de reducir el gasto público y reestructurar las agencias gubernamentales. Esta decisión, al igual que la de USAID, afecta de forma directa y negativa el desarrollo de la libertad de expresión y otros derechos en la región y el mundo entero. 

Consecuencia de este cierre múltiples medios de comunicación internacionales fueron cerrados ante la ausencia de recursos que permitan su operación. Emisoras como Radio Free Europe, Radio Liberty o Radio Free Asia son algunos de los medios que tuvieron que cerrar sus puertas de forma definitiva. 

Sin embargo, el cierre más significativo es el de la Voz de América (VOA), emisora que llevaba más de 80 años realizando sus emisiones para el mundo entero en más de 47 idiomas. VOA empezó a emitir el 1 de febrero de 1942 con el fin de informar a múltiples países acerca de la Segunda Guerra Mundial y contrarrestar la propaganda de la Alemania Nazi. Aunque la guerra llegó a su fin en 1945, la VOA fue transferida al Departamento de Estado desde donde continuó sus operaciones hasta el 16 de marzo de 2025. 

A lo largo de su historia, la Voz de América desempeñó un papel crucial en la difusión de información a nivel mundial, particularmente en la antigua URSS, Cuba y Corea del Norte. A pesar de las interferencias y bloqueos resultantes de políticas censoras de otros Estados, la emisora mantuvo su labor informativa hasta su reciente clausura.

La decisión del cierre de VOA implica el retiro de alrededor de 1.300 empleados y el cese de todas sus operaciones. Esto representa un duro golpe para la libertad de expresión global, ya que este medio había sido un pilar en la difusión de información a nivel internacional.

La clausura de esta emisora ha sido fuertemente criticada por organizaciones de la sociedad civil, agencias de medios y la comunidad internacional que han advertido al gobierno Trump del impacto negativo que este cierre puede tener en el acceso a información y la defensa de la libertad de expresión en todo el mundo. 

Para sus defensores, la Voz de América ha sido una herramienta esencial para contrarrestar la desinformación y ofrecer una perspectiva de carácter relativamente independiente, pero con un claro corte de promover la agenda estadounidense, en entornos donde la censura gubernamental es predominante. En contraste, la administración Trump argumentó que la agencia representaba un gasto innecesario y que sus operaciones eran redundantes en un ecosistema mediático globalizado.

Aunque la orden ejecutiva se implementó con rapidez, legisladores demócratas han criticado este nuevo acto de la administración Trump argumentando que, en este caso, el cierre de la VOA debilita la posición de Estados Unidos en la promoción de la libertad de expresión.

El caso de la Voz de América subraya la creciente tensión entre las políticas gubernamentales y la libertad de prensa. Su clausura plantea interrogantes sobre el futuro del acceso a la información en zonas con regímenes autoritarios y refuerza el debate sobre el papel de los Estados en la regulación y financiamiento de los medios de comunicación internacionales al poner en evidencia cómo las decisiones gubernamentales influencian la pluralidad de los medios y su subsistencia. 

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