Caos en Estambul

Miles de personas han salido a las calles en Turquía, principalmente en Estambul, en rechazo al arresto al líder opositor turco Ekrem İmamoğlu el pasado 19 de marzo por presuntos cargos de corrupción y supuestos vinculos con el terrorismo

La detención ha desatado una enorme ola de protestas en varias ciudades del país, desde hace más de una semana millones de manifestantes exigen su liberación y denuncian la estrategia de persecución política por parte de Erdogan, que ha gobernado Turquía por cerca de 20 años y busca reelegirse una vez más en las próximas elecciones. İmamoğlu, ex alcalde de Estambul, había sido designado como el próximo candidato presidencial de la oposición para enfrentar al presidente Recep Tayyip Erdogan en las elecciones del 2028.  

Ante las protestas, las autoridades han respondido con una fuerte represión que deja un saldo de más de 2.000 personas detenidas incluidos periodistas y activistas. Entre los periodistas afectados se encuentra Mark Lowen, corresponsal de la BBC, quien fue arrestado en su hotel y deportado a Londres. La cadena británica calificó el hecho como un ataque a la libertad de prensa y exigió explicaciones al gobierno turco. 

Organizaciones de derechos humanos así como la oficina de Derechos Humanos de la ONU han advertido sobre el debilitamiento del derecho a la libertad de expresión y a la protesta en Turquía así como la restricción de otros derechos. Sin embargo, el gobierno turco insiste en que las protestas y otras manifestaciones de la oposición obedecen a una agenda que busca desestabilizar el Estado. 

El pasado sábado 29 de marzo, al parecer cerca de dos millones de personas salieron a las calles de Estambul convocados por el CHP. Aunque en un principio la jornada transcurrió con tranquilidad con el pasar de las horas las autoridades turcas dispersaron y persiguieron a los manifestantes. 

La detención de İmamoğlu y la criminalización de la protesta social y de la libertad de expresión vuelven a poner en entredicho la situación democrática en Turquía, donde la oposición enfrenta crecientes obstáculos para ejercer sus derechos políticos, la prensa sufre restricciones cada vez más severas y a la ciudadanía se le restringe su participación. 

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